CDMX, Mexico.
A finales de los años 80 la introducción del videojuego de construcción y gestión de ciudades SIMCITY llamó la atención de muchos planificadores urbanos y cuestionó muchos de sus alcances en la gestión urbana. Sus distintas versiones de actualización incorporaban cada vez más elementos propios de la complejidad en la administración y manejo de la infraestructura, lo social y lo económico en el ámbito urbano.
En la era de la digitalización y la modelización, con todos los avances tecnológicos asociados a las herramientas de simulación, los Sistemas de Información Geográfica (SIG), así como el internet de las cosas (IoT), el big data y la inteligencia artificial, han permitido replicar virtualmente con lujo de detalles los edificios, los modos de transporte, las instalaciones y servicios puntuales o de red, hasta inclusive la problemática urbana.
Al igual que otras disciplinas en las que se puede lograr una réplica virtual de un producto, proceso u organización, para obtener su “gemelo virtual”, en el campo del urbanismo se está avanzando en obtener áreas urbanas gemelas digitalmente.
El caso más representativo es sin duda la experiencia asiática de Virtual Singapore, en la ciudad estado de Singapur. Este programa de I+D, llevado adelante por la Fundación Nacional de Investigación, adscrita la Oficina del Primer Ministro de Singapur, con participación de la Autoridad de Tierras y la Agencia de Tecnología del Gobierno de ese país, está construyendo un modelo en 3D de la ciudad desde el año 2018. Este gemelo digital permitirá realizar un sinfín de pruebas virtuales, como evaluación de la cobertura de los servicios, gestión de planes de emergencia ante eventos inducidos, gestión de la infraestructura de transporte y manejo del patrón de viajes, así como múltiples aplicaciones en la planificación y evaluación de tecnologías aplicables a la gestión urbana.
En Latinoamérica, los gemelos digitales ya se vienen gestionando desde la iniciativa privada en la construcción de grandes edificaciones y sin duda estas aportaciones, más las que se deriven de la administración pública en sus edificaciones e instalaciones, podrán permitir avanzar en el verdadero desarrollo de las smart cities en nuestros países: no sólo llenas de equipos, sino efectivos centros de evaluación de la información que contienen y se genera.
Excelente trabajo, Matias. No imagino la cantidad de cosas que, en la academia ( carrera de urbanismo) pudrían hacerse con esas técnica que describes. Esperaría otras entregas