Talavera de la Reina, España. Conseguir el adecuado dimensionamiento, en todos sus aspectos, de las ciudades y de los núcleos urbanos rurales, desde su realidad actual, y la identificación y el potenciamiento de sus propias posibilidades será el gran reto de sus gobernantes en los próximos años.
Muchos de los análisis que sobre la movilidad de las personas se vienen realizando, llegan a coincidir en la necesidad de una progresiva, pero constante, disminución de los desplazamientos físicos de las mismas. Y aunque esos análisis son fundamentalmente teóricos, a poco que se demore una solución médica para el covid o se constaten rebrotes importantes a lo largo de los dos próximos años, ese descenso de la movilidad será una realidad que venga para quedarse.
Por otro lado, la “relocalización” de las grandes empresas industriales ha empezado a ser más que un mero pensamiento de sus dirigentes, e incluso de los gobernantes de los países más industrializados. Con ello, la implantación de nuevos centros de producción capaces de crear un importante número de puestos de trabajo, no parece previsible, al menos en los próximos años.
Por último, la llegada de importantes apoyos institucionales externos, vía flujos económicos directos y/o indirectos, tampoco parece que sea muy probable, dado el alto endeudamiento que las administraciones públicas están asumiendo con ocasión de la Covid 19.
Desde esta perspectiva, el sostenimiento de las ciudades y otros núcleos de población necesitara de importantes reajustes y si además cuentan, entre sus residentes, con un importante número de desempleados no van a tener fácil encontrar la solución. Es por ello que sus gobernantes, van a verse obligados, y cuanto antes lo aborden mejor, a buscar entre sus propias potencialidades los mecanismos para evitar su decaimiento social y económico y reiniciar su necesaria recuperación.
En la búsqueda de esas potencialidades (no parece que el turismo al modo tradicional sea una de ellas en el medio plazo), dirigir la mirada hacia sectores económicos autóctonos y propiciar su recuperación puede ser acertado. Sectores económicos que requerirán de actualización en sus mecanismos de producción, la incorporación de procesos de transformación y, desde luego, complementarse con un buen sistema de comercialización.