CDMX, Mexico.
Decidir es duro, significa elegir entre distintas opciones, que a su vez implica renunciar a unas cosas para quedarse con otras, y renunciar siempre duele.
Duele desapegarse de cosas en general, y duele decir no.
Pero en realidad, sin decisiones no somos nada.
En la vida y en la carrera tenemos que decidir, solo que a veces nuestras creencias nos limitan y bloquean.
¿Alguna vez te has planteado las consecuencias de no tomar decisiones en tu vida, o simplemente decidir mal y tarde, o peor aún, que sean otros los que tomen decisiones por ti?
Todo lo que necesitas para destrozar las creencias que te limitan está dentro de ti, solo te necesitas a ti mismo, pero sobre todo una intención real de transformarte y empezar a tomar decisiones en serio.
Recuerda que tu cambio real primero debe ser personal y luego profesional.
Para tomar decisiones tienes que dejar de ser la persona que eres ahora para ser la persona que realmente quieres ser.
A estas alturas de tu vida, no hay cosas que no sepas, simplemente hay cosas que no haces.
Decidir qué hacer con tu carrera es tu responsabilidad, así que no lo dejes en manos de tu empresa, ni del mercado, ni de las circunstancias que no controlas.
¿Pero cómo elegir el camino correcto para reinventarte?
No paran de bombardearnos con mensajes del tipo “persigue tus sueños”, “dedícate a lo que te apasiona”.
Sin embargo, muchas veces la pasión no es suficiente para pagar tus facturas.
Mi consejo: olvídate de tu pasión y céntrate en monetizar tu talento, aportar valor a los demás y vender algo que te haga sentir realmente orgulloso, algo que te motiva hacer porque es importante para los demás.
Por tanto:
- Si quieres reinventarte profesionalmente.
- Si no quieres más trabajos alimenticios en la matriz corporativa.
- Si buscas crear un negocio basado en tu conocimiento que te de la libertad e independencia que siempre has querido.
- Si quieres vivir de ese negocio con dignidad y propósito
Ese debe ser tu meta a partir de hoy, tomar decisiones alineadas con esos 4 objetivos, con tu identidad, con tu propósito, y con tu sentido de trascendencia como el profesional único e irrepetible que eres.