La energía del cambio

Lima-Perú.

Entre marzo y julio de 2020, los meses del confinamiento más fuerte, la demanda eléctrica en Perú disminuyó en promedio un 34% respecto a similares meses de 2019. A partir de agosto de este año se ha incrementado la demanda, pero aún está lejos de las cifras de 2019 y los especialistas del sector eléctrico no esperan que se alcancen tales niveles de demanda a corto plazo.

La disminución de la actividad de comercios y oficinas, el teletrabajo, la educación a distancia, la telemedicina,  el comercio electrónico  y el telecomercio han generado una situación novedosa: mientras aumentan los consumos de energía  residenciales, se reducen drásticamente los de los comercios, oficinas y centros de servicios.

Lo anterior tiene muchas implicaciones. Por una parte,  en Perú, como en buena parte de América Latina, el sistema eléctrico tiene tarifas cruzadas en las que el consumo comercial, industrial y de oficinas subsidia el consumo residencial, es decir, este cambio en los patrones de actividad y de consumo tiene un impacto aún mayor que la simple disminución de la demanda sobre los ingresos de las empresas eléctricas.

Pero por otra parte también ha tenido otras implicaciones muy interesantes  sobre la matriz de generación eléctrica: durante esta crisis la energía generada por plantas termoeléctricas (como las que queman gas de los campos de Camisea en la selva peruana) ha disminuido su peso en la matriz de generación versus la energía generada por hidroeléctricas y por fuentes renovables como la eólica o fotovoltaica. La explicación es sencilla, las fuentes renovables tienen tarifas garantizadas en sus contratos, subsidios cruzados con la energía asociada al gas y menores costos de producción.

Lo anterior nos lleva a pensar que en la medida en que los cambios introducidos por la pandemia puedan sostenerse en el tiempo, el cambio en los patrones de consumo de energía en las ciudades puede impulsar cambios en los patrones de generación de energía en el Perú y seguramente también en otros países de la región donde se repite esta situación, contribuyendo al uso de energía más limpias, con el consecuente impacto sobre el medio ambiente.

Cada vez más países generan la mayor parte de su energía de fuentes renovables. La pandemia del 2020 puede estar también acelerando esos procesos de cambios, como ha acelerado tantos otros a lo largo de este 2020 tan particular.

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