CDMX, Mexico.
En el año 2019 señalé que el presidente de México había ensalzado el récord de remesas que los emigrantes mexicanos enviaron a sus familiares, apuntando que era ya el ingreso más importante para el Estado Mexicano.
Llamándolos “Héroes Vivientes”, reconoció su esfuerzo como algo positivo para el país.
El día 1º de septiembre del año 2021, en su tercer informe de gobierno volvió a ensalzar como un logro de gobierno que tuviéramos un récord en las remesas enviadas desde el extranjero por los emigrantes mexicanos.
Por un lado, que un país expulse a sus connacionales porque no hay las oportunidades suficientes para ellos, es una cuestión que no puede ser positiva para nadie. Es natural que las personas quieran desarrollarse y vivir en el país que nacieron, al menos la mayoría de los emigrantes no quieren dejar su tierra. Por tanto, que haya más de 36 millones de mexicanos viviendo tan sólo en Estados Unidos es un indicador de que la cosa no va bien en México y que faltan oportunidades. Solo por citar un ejemplo es que: en el último año ha aumentado la pobreza en al menos 4 millones de personas.
Faltan programas, reactivación económica y oportunidades en general para los mexicanos en México. Por lo tanto, que haya tal cantidad de gente fuera de su tierra, no puede “venderse” como algo positivo. Algo no estamos haciendo bien en México, pues entre todos esos millones, hay una fuga de cerebros muy relevante que si estuvieran aquí aportarían al crecimiento económico nacional.
Por otro lado, en cuanto a que sea uno de los ingresos más importantes para el Estado Mexicano me preocupa aún más, pues eso significa que no estamos siendo productivos: ni en petróleo, ni en industrias, ni en economía nacional que permita autonomía, cosa que choca con el planteamiento del presidente sobre la soberanía nacional. No podemos ser soberanos cuando dependemos de los recursos que los mexicanos producen en otro país, Estados Unidos.
Si los mexicanos en Estados Unidos ingresan menos, habrá menos ingresos para México. Depender del dinero privado de los mexicanos en Estados Unidos pueden ser peligroso pues primero, no somos soberanos y tenemos una alta dependencia (como siempre) de los Estados Unidos. Por otro lado, la expulsión de mexicanos hacia Estados Unidos los expone a afrontar el racismo y la violencia estructural.
No se puede “presumir” ni sobrevalorar las remesas cuando son en realidad un indicador negativo, un indicador de pobreza y de necesidad aún mayor que antes.
Nos indica ni más ni menos que: México no es capaz de garantizar oportunidades y calidad de vida a sus ciudadanos; además nos indica que la economía mexicana, particularmente la industria interna tampoco va bien.
El gobierno de México debería estar pensando como contrarrestar la expulsión de emigrantes en lugar de ensalzar las remesas como un logro propio. Celebración con sombrero ajeno habla de lo muy mal que esta México en el ámbito económico.