Talavera de la Reina, Toledo-España.
Maryanne Wolf, neurocientífica de la Universidad de Los Ángeles, sostiene que en los últimos años estamos perdiendo nuestra «paciencia cognitiva» para leer textos más o menos complejos; y que, de tanto leer en diagonal en las pantallas, nos cuesta cada vez más enfrentarnos a una lectura reposada. Por eso, procuraré en lo sucesivo, en lugar de hacer afirmaciones cuyo seguimiento pueda requerir de un cierto esfuerzo cognitivo, verter algunas preguntas que, al requerir tan solo una lectura rápida, quizá pudieran promover el sentido crítico frente a las cosas; buscando (este es el objetivo secreto) desde ahí volver al sosiego tan necesario.
Por eso la pregunta que hoy me gustaría hacer, aunque aparentemente de ámbito algo local, sin duda con proyección general, es la siguiente: ¿ Que supondrá la acción de Donald Trump, de no aceptar el resultado electoral, para la democracia USA? ¿Y para el resto de las consultas electorales que habrán de celebrarse en los próximos años en el denominado mundo occidental?
Y es que resulta que, aun siendo realidades distintas, las dos elecciones más recientes, a nivel mundial, las presidenciales en USA y las parlamentarias en Venezuela, se han saldado de la misma manera con una no asunción de su resultado por quienes no las han ganado o, como se quiera, por quienes las han perdido.
No me cabe duda que, finalmente, Donald Trump saldrá de la Casa Blanca y que Joe Biden tomara posesión del cargo de presidente de USA. Pero, ¿la actitud de Trump será un hecho aislado; o será algo que se repita en próximos comicios y no sólo en USA?.
En un mes, en el estado de Georgia, se celebraran elecciones para decidir quién ocupa los dos últimos escaños en el Senado. De su resultado depende que el partido demócrata obtenga o no el control del Senado. Y de ahí su transcendencia, pues de obtenerlo, dado que ya cuenta con el control de la Cámara de representantes, se le que facilitaría enormemente la toma de decisiones a la administración de Joe Biden.
Trump , en su voluntad anunciada de volver a la Casa Blanca en 2024 ( yo no creo que ni siquiera sea el candidato del partido Republicano) ya ha comenzado su campaña electoral. ¿Utilizará nuevamente estas elecciones de Georgia, sea cual sea su resultado, para seguir desacreditando el sistema electoral?.
No considero que lo pasado hasta ahora sea una mera anécdota, por la singularidad del personaje. Creo que él sí que es en sí mismo una anécdota, pero su actitud marcará un antes y un después; y, desde luego, no confío en que ese después sea algo bueno para la democracia. Desgraciadamente una sociedad más libre, más social y más igualitaria está cada vez más lejos.