Talavera de la Reina, Toledo-España.
Pasamos por la vida como penitentes descalzos sobre las brasas vivas de una realidad que no es la que habíamos soñado. Vamos dejando atrás utopías de juventud, ideas y pensamientos que nos dieron el combustible necesario para movernos a cambiar el mundo. ¡Vana ilusión!.
…Sin embargo no todo se quedó en humo: creo que de aquellas ilusiones y batallas quedó una hoguera latente, soterrada, apenas unas ascuas, esperando que algún día un aire propicio avive los rescoldos y los convierta en llamarada.
Mientras llega ese día, volveré al recuerdo de los viejos libros que como ráfagas de polvo amarillo descienden de vez en cuando de los estantes para escocerme en los ojos como polen de primavera.
Es el caso de este libro, que por pura casualidad se salvó de la quema en aquellos tiempos de cerrazón ideológica, y que planteaba una alternativa a la familia tradicional, patriarcal y coercitiva: las comunas.
Pero no fue la única alternativa, otras se fueron proponiendo a lo largo del pasado y del presente siglo ( cooperativas agrarias autofinanciadas, cooperativas gremiales autogestionadas, etc. etc.) pero que fueron despojadas de todo futuro por el arrollador avance del capitalismo neoliberal y en aras de un crecimiento que nos está llevando a la locura.
Tendremos que recuperar la escalera que nos quitaron dejándonos agarrados al cubo y la brocha para no estrellarnos contra el suelo.
Ahora que en tantos sitios se están celebrando elecciones me gustaría hacer una reflexión de calado.
“No importa cambiar gobiernos, importa cambiar el sistema”
Tu reflexión acertada, como siempre.