CDMX, Mexico.
Estos meses de movimientos corporativos y cambios estructurales del mercado laboral nos están despertando a una realidad para la que no todos estaban preparados.
Por primera vez en muchos años nos enfrentamos a una nueva etapa profesional sobrevenida que nos obliga a replantearnos a qué nos gustaría dedicarnos a partir de ahora si pudiéramos elegir.
Rápidamente te vendrá a la cabeza dedicarte a algo que te apasione, así nos lo han metido en la cabeza.
Gran error.
Está claro que no deberías dedicar tu vida a algo que no te llena ni te hace feliz, pero de ahí a vivir de tu pasión hay una gran diferencia por 2 razones:
- La mayoría de la gente no tiene claro cuál es su pasión
- Tu pasión no va a pagar tus facturas
La clave de todo negocio es aportar valor a los demás, es decir, resolver problemas reales de personas reales.
Ese debe ser tu objetivo a la hora de enfocar tu conocimiento como forma de vida, mejorar la vida de los demás mientras disfrutas con lo que haces.
Pero siempre poniendo primero el foco en el negocio y después en la pasión.
Y tú sabes cómo hacerlo, tus años de experiencia y conocimiento te hacen único, y esa es la singularidad sobre la que debes construir tu propuesta de valor, tu nueva forma de vida, vendiendo tu conocimiento, algo que te haga sentir orgulloso y realizado.
Ahora es tu momento de decidir si quieres una vida consciente o inconsciente.
Has dedicado años a una o varias empresas, fidelidad y sacrificio por escalar en la organización, sentirte valorado y encontrar la seguridad y realización que quieres para una vida plena.
Hasta que todo se viene abajo o simplemente un día te descubres con la mirada perdida en reuniones sin fin, esclavo de una matriz corporativa que ya no te representa.
¿y ahora qué? ¿qué hago con mi vida profesional?
Tienes 2 opciones:
Opción A: penar para siempre como un zombi de empresa en empresa buscando a qué agarrarte.
Opción B: construir un plan B profesional basado en tu conocimiento que te de libertad, independencia y propósito.
La primera opción te llevará a vivir una vida inconsciente, llena de agobio, frustraciones e incertidumbre.
La segunda te llevará a una vida consciente y llena de propósito.
Tú eliges, esa debe ser tu prioridad a partir de hoy.