El Gambito de Dama 1.- d4 – d5 2.- c4 – dxc4

Monterrey, Mexico.

Cuando vi que había una serie llamada Gambito de Dama en Netflix fui un poco reacio a verla. Mis pasadas experiencias con series y películas de ajedrez habían sido demasiado malas. Aun recuerdo la película “La Jugada Maestra” en la que actúa Tobey Maguire representando a “Bobby” Fischer. No abandone la sala del cine porque aún me quedaban palomitas y refresco. Fue una pésima experiencia ver a uno de mis ídolos de la juventud degradado al papel de Peter Parker (El que entendió entendió). En fin, había que tomar una decisión: una decepción más o un rato agradable. Acepté el gambito.

Hoy no me arrepiento de haber empezado a ver esta serie. El ajedrez es el deporte que ha marcado mi vida (Si, más que el boxeo). Hoy estoy totalmente retirado de las competencias oficiales, pero sigo jugando dos o tres juegos diarios en el celular. Sería imposible volver a jugar como antes ya que el trabajo no me deja tiempo. Aun así, los recuerdos de los torneos están muy presentes en mi memoria. También los amigos que hice en esos años: Ramón Huertas, Raúl Duarte, Carlos Brito, José Alayola, Daniel Mena, Carlos Manzur, Gabriel Cáceres, Fernando Candila, Renán Ruiz, Cirio Espositos, Lupita Burgos, José Alonzo, José González, Alejandro Preve, Leonides Valencia y David May (Disculpas si olvidé a alguno).

Llevo muchos artículos, libros y podcasts recomendando a los papás enseñarle a jugar ajedrez a sus hijos. Las ventajas son muchas, pero la mejor de todas es la siguiente: educar al cerebro en un proceso de analizar, diagnosticar, buscar soluciones y tomar decisiones. Las conclusiones pueden ser malas o buenas, pero al final son forjadoras del carácter. En conclusión, regálale a tu hijo miles de horas de diversión en las que va a recibir la mejor herramienta que hay para alcanzar su máximo potencial deportivo, artístico y científico (El ajedrez es deporte, arte y ciencia).

La serie vale la pena verla. Me atrevo a recomendarla. La vida de Beth Harmon comienza cuando queda huérfana de madre en un accidente automovilístico. Entra a un orfanatorio y ahí aprende a jugar ajedrez. Su maestro es el señor Shaibel quien también es el conserje del Hogar de Niñas Methuen. Conforme va avanzando en el conocimiento del ajedrez, la protagonista también se adentra en el mundo de los vicios. Los tranquilizantes, la mariguana y el alcohol forman parte de su vida e incluso le ayudan a ganar partidas. La vida de esta joven gira en dos mundos: la fama y una introversión basada en pastillas.

La serie se ubica en la década de los sesenta. El gran ausente es el más grande de todos los ajedrecistas de la historia: Robert James Fischer. La idea de sacar a Fischer es que pueda existir un espacio para otra personalidad. Ningún tema de ajedrez podría brillar bajo la sombra del genio norteamericano. Tampoco se menciona a Boris Spassky quien es otro de los grandes campeones de esos tiempos. A los que sí mencionan son a Najdorf, Morphy y Reshevsky. Las dos aperturas más mencionadas en la serie son el Gamito de Dama (1.- d4 – d5- 2.- c4 – …) y la Defensa Siciliana (1.- e4 – c5).

La protagonista es Anya Taylor-Joy quien hace una actuación espectacular. La serie está basada en una novela escrita por Walter Trevis en 1983. La protagonista según su edad pertenece a la generación Baby Boomer y el ambiente en el que vive es lo que se conoce como la etapa de un Despertar Individual. Muy típico de cuando hay conflictos entre los individuos y las instituciones es el alto consumo de sustancias que permiten que las personas puedan escapar de la realidad. Creo que vale la pena sentarse a ver la serie y después ponerse a jugar ajedrez online con los amigos.

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