Toluca, México.
Durante 36 años, los reclamos de la sociedad civil al gobierno en su conjunto refirieron en la mayoría de los casos desatinos convertidos en violación de derechos de las minorías y falta de atención a grupos que discordaron de la narrativa gubernamental. El resultado: millones de mexicanos que votaron por quién prometió devolverles la voz.
A casi dos años en el ejercicio de funciones, el ahora Gobernante que durante sus largos años en campaña agrupó a artistas, causas reivindicadoras, cineastas, científicos, colectivos y diversas minorías, no solo ya no escucha a muchas de esas voces, sino que las ataca de manera cada vez más feroz ante la mínima crítica.
Ejemplos sobran: mujeres afectadas por el punto climático del machismo que es el feminicidio, organizaciones de productores del campo, niños con cáncer, la comunidad artística, investigadores universitarios y un largo etcétera que no deja de crecer. Se ha desestimado toda organización de cualquier tema de la sociedad civil o colectivo que no reafirme la “Buena Nueva” y al “Mensajero” de la llamada 4T.
A partir de invocar la austeridad y el combate a la corrupción, se han suprimido instituciones y fideicomisos para fomentar la investigación, educación, arte, ciencia y tecnología. Se están desmantelando instituciones para dar pie a “entregas directas de apoyos” en un ejercicio de hiper centralización del poder. Ni que decir al respecto de la carencia de fundamentación jurídica o asignación de responsabilidades y rendición de cuentas en la operación de estructuras paralelas al Gobierno.
Entre las muchas implicaciones de las determinaciones unilaterales anteriores, solo resumiremos que a fines prácticos aquellas asignaciones presupuestales para temas de arte, ciencia, educación y tecnología solo serán válidas si así lo considera, lo autoriza y acredita el primer –y único- líder legitimo social del país.
En el manual de la formación de hegemonía de cualquier populismo pareciera que estamos avanzando a la segunda fase, dado que el orden económico ya fue alterado, lo cual nos llevaría a la etapa de “moralizar la cultura” para el pueblo bueno y sabio. Atención, la tercera es la formación de cuadros políticos legítimos y la cuarta el cambio de orden jurídico para garantizar la continuidad del único proyecto legítimo.
Como colofón:
Sin entrar en teorías de conspiración la dinámica es muy clara: acusación, desmantelamiento, metamorfosis y creación de un nuevo orden. ¿Que nos preocupa?; a toda acción corresponde una reacción en la misma magnitud, pero en sentido contrario. Que la competencia política se dé entre variedades de populismos es aterrador, pero no se ve muy lejano.