Monterrey, Mexico.
El arte de moverse en la corte (O la oficina, la casa o con la novia) es construir una base sólida basada en la comunicación. “Es imposible sobrevivir a las fauces de los tigres si uno no se presenta como un dragón” (Sun Tzu diría que si eres débil te muestres fuerte y si eres poderoso te presentes sencillo). Lo ideal es tener un equipo funcional con responsabilidades claras y objetivos en común. Sin embargo, a veces esto no va a ser posible, ya que los temperamentos son contrarios. Entonces hay que entender que el mejor ataque es una buena defensa. Por lo tanto, así se hace una negociación en la oficina.
Una negociación exitosa parte de tener ciertos elementos que deben de recordarse siempre. Primero se debe hacer hincapié en la situación actual y cómo esto ha causado que los equipos de trabajo caigan en la complacencia. Se debe de señalar que vivimos cómodamente en un círculo de confort. Entonces se debe de hacer un llamado a la acción que va a encontrar una fuerte “resistencia burocrática”. Cuando el negociador detecta este obstáculo debe de convertirlo en el mal que está destruyendo a la organización. Entonces, cuando los espacios de mercado se pierden, es el momento de entrar en acción.
Entonces el protagonista se alza como el que sabe que es lo que hay que hacer y convertirse en el líder que todo lo ve y tiene el conocimiento para romper este aletargamiento. Se da el primer paso hacia la reforma no dejando opción al resto de la organización: o se está con él o estás en su contra. Eso va a definir a los enemigos y se les debe de enfrentar sin consideración. Al final, por culpa de ellos el negocio no marcha bien. Los aliados del protagonista deben de seguirlo mientras él se interna en lo más profundo de las vísceras bestia. La destruyen desde adentro. Eso les permite crear un nuevo orden.
Al poco tiempo los resultados empiezan a mejorar. Los enemigos han quedado atrás. Las reformas han demostrado ser útiles para la organización. Estas no encuentran resistencia debido a que nadie se atrevería a contradecir al nuevo líder. El elixir de la victoria se presenta frente al consejo de accionistas. La vieja estructura ha colapsado como las murallas de Jericó. Se levanta un nuevo orden lleno de utilidades. El protagonista de este plan sonríe, pero sabe que entre sus aliados empieza a crecer el autor de su futura caída. Aquel que conoce que así se hace una negociación en la oficina.