La Rioja, España.
El 2020 da sus últimos coletazos. Un año que, sin duda, tendrá su lugar en los libros de historia. Pero eso es lo de menos. La clave está en que cada uno de nosotros reflexione sobre el papel que ha jugado este 2020 en su historia personal.
¿Qué aprendizajes has extraído de este 2020? ¿En qué te ha hecho más fuerte? ¿De qué te has dado cuenta? ¿Ha sido tan horrible el 2020 como la historia que te cuentas en tu cabeza? ¿Has pasado hambre? ¿Frío? ¿Has perdido a seres queridos? ¿Has enfermado tú? ¿Te ha hecho mejor o peor persona? ¿Has crecido o sigues igual? ¿Qué has aprendido de nuevo sobre ti?
Como seguramente no estés dispuesto a responder una a una las preguntas anteriores, céntrate en esta que sigue… ¿Serías capaz de encontrar 3 motivos por los que estar agradecido/a al 2020?
A mí se me ocurre uno… Sigues respirando. Y mientras sigas respirando puedes cambiar las cosas.
Te faltan dos motivos más.
¿Te resulta complicado? Espero que no, ya que este es el nivel fácil. El nivel épico consiste en encontrar un motivo de agradecimiento por cada motivo de queja.
¿Qué te parece esta filosofía? ¿Incómoda?
Pues más incómodo es vivir quejándote de vicio, día sí y día también, solo que a eso ya te has acostumbrado. Vivir en la queja está en tu zona de confort, mientras que ser agradecido está fuera de ella. Por eso te resulta más sencillo quejarte de todo aquello que no puedes cambiar, que estar agradecido por todo aquello de lo que disfrutas a diario.
Sin embargo, nunca es tarde para salir de la queja, en realidad, nunca es tarde para nada ya que el único momento que existe es ESTE.
¿Cómo vas a aprovecharlo?
Espero que no sea quejándote.