Monterey, Mexico.
En los artículos que he escrito este año hay una dosis de polémica: El Metaverso es solo para los más preparados y las grandes masas se quedarán fuera de él. Varias personas me han dicho que están preocupadas porque mucha gente, carente de la preparación adecuada, no podrá aprovechar a fondo esta herramienta. Lo peor es que la brecha educacional que divide a unos de otros podría hacerse aún más ancha. Entonces viene el desafío real: ¿Cómo debemos de tomar la llegada de una realidad virtual? Algunos pugnan por detener el progreso hasta que no se haya logrado la igualdad.
Cuando llegó el Arado Mecánico al campo muchas personas sintieron miedo ante tal avance tecnológico. Solamente podían ver cómo su trabajo físico era desplazado por un aparato. El miedo estaba bien fundado ya que las máquinas poco a poco se hacían más fuertes y superaban el poder de los músculos humanos. Con el tiempo la humanidad entró a la universidad y la economía de servicios absorbió a las masas de trabajadores. Entonces los países avanzados le apostaron al conocimiento mientras los países pobres a la mano de obra industrial de bajo costo.
Sin embargo, el día llegó: las máquinas empezaron a hacer labores de cálculo. En la década de los años noventa una computadora creada por IBM aprendió a jugar ajedrez y derrotó al campeón Gary Kasparov. Esto significó que el software empezó a desplazar mano de obra calificada. Los avances en materia tecnológica no se pueden detener. Hoy la gente dedicada a la investigación y el desarrollo es más que en cualquier otra época de la historia de la humanidad: Vienen nuevos unicornios con avances disruptivos. Estas son grandes oportunidades para generar valor y mejorar tu nivel de vida.
El desafío siempre va a ser el mismo: lograr un desarrollo sostenible que le de una vida digna a toda la humanidad. Nunca se ha logrado y tal vez nunca se logre, pero la lucha por aspirar a ello no debe de detenerse. El primer paso para alcanzar una sociedad con un alto nivel de conciencia está en la educación y la libertad. En conseguir que los individuos valoren su posición tanto como la de las instituciones con las que viven. De la misma forma cada uno es responsable de sus actos. No vale la pena quedarse en la mediocridad lamentando que no hay pastel para todos. Sigue con tu vida, aprende y logra ser la mejor versión de ti mismo.