Toluca, Mexico.
La parca algo confundida de no encontrar población,
supo que todos le huían guardados en su cantón.
Y pensando cómo hallarles, no hallaba la solución,
hasta que por fin un día pensó en la computación.
Rápido entró a las redes y lo que ahí se encontró
fue el sitio de un grupo humano de notable erudición,
Minerva Hispano se llama y le llamó la atención
lo mismo del urbanismo que del vino hacen mención.
Entonces con Maquiavelo planteó su ruta de acción,
si a estos tan entusiastas muy pronto me cargo yo,
la humanidad toda expuesta a mi merced quedará,
pues no habrá voces sensatas que la inviten a pensar.
Rápido halló a Benjamín y le propinó buen fin,
en su amada Talavera, de un infarto fulminante,
cuando brindaba contento y mostraba buen talante.
Pero encontró la manera y aprovechó en asestar
cuando Benjamín gozaba de Mondas un rico azahar.
Luego la emprendió contra Diana, de apellido Rebollar
que siempre le fue molesta, por tanta empresa apoyar.
De ahí siguió con Matías, que visitaba a unas tías.
Y logró que al urbanista lo atropellara un ciclista.
A José Enrique Pérez Fiaño, otro de igual profesión,
se fue a buscar de inmediato haciendo simulación.
Le echó encima a un camión, que lo dejó cual tortilla,
por ser en el medio oriente del tráfico pesadilla.
Y a Manú en Atapuerca, le cayó una grúa encima,
por andar escudriñando por qué el hombre está en la cima.
Solo faltaba el Cerveño, para poder presumir
que los de Iberia completos acabó por redimir.
Buscó a Tirso en todos lados, en oficinas y despachos,
claro que lo fue a encontrar litigando en los juzgados,
movió la mano siniestra de un delincuente amargado
y acabó la vida ilustre de nuestro amado abogado.
¡Ay calaca maldita! ¿Quién seguirá en tu lista,
ahora que viajarás para América en turista?
¿Será Paulino el primero, Carcaño o De la Paz?
Muy tristes nos encontrarás, por lo que has dejado atrás.
De poetas y locos, todos tenemos un poco.
Excelente forma de explicar la costumbre e ingenio de los mexicanos, un saludo desde CDMX