Quintana Roo, Mexico.
En el libro “El poder y sus conflictos – o ¿Quién puede más?” de Josep Redorta, tal vez, uno que revisa a cierta profundidad sin ser demasiado académico varios de los temas relacionados al poder. Si bien, existen diversos métodos y teorías sobre poder y conflictos, desde relaciones de pareja hasta situaciones de potencial bélico, este libro coloca en forma sencilla los elementos que constituyen las bases de poder.
Las bases de poder presentadas son la personalidad, la propiedad, la organización y el conocimiento. Dentro de la personalidad encontramos algunos conceptos que pueden ser conocidos por nombre pero difícilmente internalizarlos como algo concreto y específico, ya que dependen de la perspectiva desde lo que se les ve. Es decir, estos conceptos varían según la percepción de valor y su contexto. Pero siguiendo las descripciones del libro, dentro de la personalidad encontramos al carisma, el prestigio, la reputación y la credibilidad. Me enfocaré en el carisma.
Si bien Redorta describe al carisma como la habilidad de inspirar devoción y entusiasmo, no aclara los medios a través de los cuales se logra todo, y que seguramente varían en su aplicación. Si revisamos por ejemplo las cualidades que según Robert Greene en su libro “El arte de la seducción”, crean la ilusión del carisma, dentro de éstas se encuentran las de tener: propósito, misterio, “santidad”, elocuencia, teatralidad, desinhibición, fervor, vulnerabilidad, aire de aventura y magnetismo.
A esto sumamos que hay estilos o versiones de personas carismáticas según las definiciones de Greene. Por ejemplo, el profeta milagroso, el animal auténtico, el intérprete demoníaco, el salvador, el gurú y otros más. Sí, es por todo esto que no es tan fácil establecer las características específicas en forma concreta de la persona carismática.
Incluso definir que es el carisma en sí es un reto. Por ejemplo, Greene comenta que el carisma genuino por lo tanto significa la habilidad de generar internamente y expresar al exterior emoción extrema, una habilidad la cual hace que a uno el objeto de atención intensa e imitación irreflexiva por los otros.
Lo claro es que el carisma sin importar su definición es algo que cuando se ve se reconoce. Saber cuánto carisma tiene uno, es difícil de saberlo por uno mismo, es sino por sus efectos en los otros.